Quantum Leap, viajes en el tiempo
Por Cristián Londoño Proaño
Quantum Leap («Viajeros en el tiempo» o «A través del tiempo») es una de las series televisivas de ciencia ficción que tuvo mucho éxito en los principios de los años 90. La serie fue creado por Donald P. Belisario y producida por Belisario Producciones para la cadena norteamericana NBC, actualmente considerada, una serie clásica. Donald Belisario es productor y guionista. Creó y produjo algunas series conocidas como Magnum, JAG o NCIS. En una entrevista concedida al canal SyFy contó que la serie la había creado luego de que una novela sobre viajes en el tiempo le inspiró. La serie tuvo la actuación de Scott Bakula como el Doctor Samuel Beckett y Dean Stockwell como el Almirante Al Calavicci. Se estrenó en la cadena NBC en 1989 y permaneció durante cinco temporadas hasta 1993. La primera temporada sólo fueron producidos 9 episodios y debido al éxito de la serie, la NBC contrató el resto de temporadas.
Como lo menciona Wikipedia, el argumento de Quantum Leap es: «En una base secreta del Gobierno de Estados Unidos, en algún lugar de Nuevo México, en un futuro cercano (aproximadamente 1994), el científico Sam Beckett y Gushie trabajan en un acelerador de partículas con Al Calavicci como jefe de proyecto y con el ordenador Ziggy. Sam trata de comprobar que el tiempo es diferente en las estructuras atómicas para darle un uso práctico. Presionado por obtener resultados en el proyecto, Sam decide entrar en el acelerador de partículas y se desvanece, despertando con amnesia en una casa que no conoce, en el año 1956, donde la imagen reflejada en el espejo no es la suya. Pronto aparece Al (Dean Stockwell), en forma de holograma neurológico proyectado desde el presente, que sólo Sam puede ver y escuchar, para decirle que su cuerpo y mente han viajado de algún modo en el tiempo, tomando el lugar de otras personas de otros tiempos, conservando el aura física de los reemplazados. Es por esto que ninguna de las personas del pasado nota dicha sustitución, con excepción de los niños menores de cinco años, que sí pueden ver más allá del aura física. Al le explica que "saltará" de vida en vida, dentro de su propia línea temporal, es decir, entre cualquier fecha entre el día de su nacimiento y su muerte». Sam debe ayudar a enmendar los errores que cometieron las personas y les provocaron destinos fatales. De este modo Sam puede ir saltando de vida en vida».
La serie creada por Donald P. Belisario tiene varias temáticas que cruzan sus 96 episodios, como son el amor, la soledad, la lucha por la sobrevivencia, la lucha por rebelarse a la vida. Por ejemplo, en un episodio hay un hombre negro que debe rebelarse en contra de la situación de desigualdad social de su propio tiempo. O en otro episodio, una mujer que debe encender la mecha de la lucha feminista en los años sesentas. La serie no deja de lado los temas políticos. Por ejemplo, en un episodio Sam se intercambia con Lee Harvey Oswald, el asesino del Presidente Norteamericano John F. Kennedy.
La trama central de la serie es compleja. Cada episodio tiene una historia cerrada, excepto algunas que se desarrollan en más de uno. La serie tiene una dramaturgia desigual. Algunos episodios son predecibles y se conoce el desenlace. Otros tienen buenos giros dramáticos y logran sorprender al telespectador. Quizá se daba a que los guiones de la serie lo escribieron varios autores y Belisario sólo los supervisó. De modo que la serie se fue escribiendo mientras la cadena NBC iba contratando las temporadas.
En cada episodio de Quantum Leap subyace una historia que empatiza con el televidente y le hace recordar su propia existencia, cumpliendo una de las principales características que debe tener una obra de ciencia ficción, plantearse en un mundo extraño, pero con una problemática muy cercana a la contemporaneidad del espectador.
Quantum Leap no es una serie que critique o logre que el telespectador reflexione sobre una problemática. Sus episodios son retratos parciales de las diferentes décadas de la Historia norteamericana, que evocan una forma de vivir y entender la vida. Aquí es precisamente la fortaleza de la serie de Belisario. El recrear épocas que muchos telespectadores añoraron y vivieron con intensidad.
Una de las cuestiones que más causó controversia fue el final de la serie. En el episodio 22 de la quinta temporada se plantea que la elección del salto cuántico es hecho por una fuerza superior que quiere que Sam «toque el alma» de las personas. El episodio cierra con una leyenda que menciona que Samuel Becket «nunca regreso a casa». Aquí precisamente ocurre lo que David Mamet en su libro «Los tres usos del cuchillo» plantea como frustración del espectador. Desde la perspectiva de Mamet, cuando se exhibe la obra dramática se genera una apuesta con el espectador y éste quiere inevitablemente sentir que al final de la obra va a ganar. En el caso de Quantum Leap, el juego es que Sam Beckett, luego de sus múltiples saltos cuánticos, regrese a casa. La apuesta del espectador es que Sam efectivamente regrese a casa, aunque sabe que la posibilidad es demasiado baja. La obra de Belisario hace que el telespectador pierda y se quede con toda la frustración y el final sea insatisfactorio.
Quantum Leap es una serie clásica de ciencia ficción de los principios de los años noventa, que marcó y entretuvo a una generación. Planteó la probabilidad de que los viajes en el tiempo puedan ser una realidad y sirvan para enmendar errores del pasado. A pesar de su irregularidad dramatúrgica, es una serie que toca una fibra intima en el interior del telespectador y hace que se emociona en cada salto cuántico del Doctor Samuel Beckett.